viernes, diciembre 19, 2008

VISCATÁN NO ES VIETNAM, PERO...

La arremetida de las Fuerzas Armadas en Viscatán, el denominado bastión senderista en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), ha logrado asentar, si bien en forma precaria aún, la presencia militar en dicha zona, a través de la paulatina expulsión de este grupo narcoterrorista y la instalación de bases contrasubversivas que contribuyan a generar una incipiente sensación de Estado en el mencionado territorio.
Viscatán, región casi inexpugnable para las fuerzas del orden durante años, significa para Sendero Luminoso un refugio desde donde el cual “José”, mando político de esta facción disidente del senderismo de Abimael Guzmán, ha logrado articular su influencia territorial sobre el VRAE en base a tres frentes o compañías (Pangoa o Norte, Púcuta o Centro y Viscatán o sur; cada una con 150 combatientes aproximadamente), lo que le ha permitido fortalecer su participación en el negocio de la droga, no solo a través de la seguridad que brinda a los cargamentos transportados por las firmas del narcotráfico, sino por el interés de producir, por cuenta propia, clorhidrato de cocaína para su posterior venta.
Pero dicha arremetida, en el marco del plan “Excelencia 777”, podría traer más de un dolor de cabeza para el gobierno, más aún porque la presencia de Sendero Luminoso como exclusiva “autoridad” en vastos sectores del VRAE le ha otorgado la posibilidad de dominar y someter política y militarmente a las poblaciones más alejadas del citado valle, redituándole ciertos niveles de legitimidad social. Así, Sendero se ha convertido, durante años, en un benefactor de la infraestructura que el Estado –por ausencia– no ha podido proveer, la misma que va desde puentes y canales de regadío, hasta caminos e instalaciones deportivas, todo ello con el dinero que el tráfico ilícito de drogas, cada vez en mayor cantidad, le ha venido generando.
Es de entenderse, en consecuencia, que la presencia de las fuerzas del orden en Viscatán y otros sectores alejados del VRAE podría generar una sensación de rechazo o de sentimiento hostil en algunas poblaciones, las mismas que ven en aquellas a un potencial violador de los derechos humanos, tanto por algunas experiencias vividas durante los años más álgidos del combate contrasubversivo, como por la permanente campaña que diversos sectores de izquierda (haciéndole juego al senderismo) han llevado a cabo contra el Estado y la actuación de sus FFAA.
En ese sentido, las fuerzas del orden tienden a enfrentar, además de los permanentes hostigamientos armados a cabo de un Sendero Luminoso que se rehúsa a dejar la zona, acosos políticos y sociales impulsados por grupúsculos de izquierda y por determinadas poblaciones o sectores sociales identificados con dicha organización delictiva (como el gremio cocalero, cuyo principal ingreso proviene del narcotráfico), quienes buscarían deslegitimar la presencia militar en la zona con la finalidad de lograr su expulsión. Al respecto, no es descabellado señalar que los niveles de violencia en el VRAE, así como los intereses políticos y económicos de determinados actores contrarios a la presencia del Estado en este territorio, podrían convertir el combate contrasubversivo en un remedo a escala del enfrentamiento entre EE.UU. y Vietnam.
Por tanto, resulta necesario dejar en claro que la captura de Viscatán por parte de las Fuerzas Armadas, así como la instalación de bases contrasubversivas, no representa en sí mismo un fin en el combate contra Sendero en el VRAE, sino que constituye únicamente un importante medio para erradicar definitivamente a esta organización narcoterrorista. Para ese propósito, se requiere además el compromiso a largo plazo de otros sectores, principalmente de autoridades locales dispuestas a enfrentar políticamente a Sendero y a sus grupos afines, y de medios de comunicación regionales que sirvan de caja de resonancia a las labores que el gobierno, con la intención de pacificar y desarrollar la zona, empiece seriamente a realizar. A partir de allí, se entenderá que se ha dado un paso importante en la eliminación del último pulmón de Sendero Luminoso en el país.